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¿Estamos ante una oportunidad histórica para la industria extremeña?

La posibilidad de contar con una fábrica puntera de producción de baterías en Extremadura implica, además, una gran oportunidad de cara al futuro.

Hace solo unos días comentábamos que dos proyectos de empresas extremeñas optaban a ayudas de I+D+I, y lo cierto es que no son las únicas empresas que apuestan por el desarrollo de nuevas propuestas industriales en nuestra autonomía. Buena parte de las nuevas iniciativas pasan, por supuesto, por el litio, que no solo abunda en nuestra región, sino que puede traer consigo diferentes fábricas capaces de renovar la economía de ambas provincias.

 

El proyecto más ambicioso es el de Phi4Tech, que pretende construir un híbrido entre batería y supercondensador en su nueva planta extremeña. La nueva fábrica supondrá más de 1000 millones de inversión, y generará más de 1300 empleos directos que, a su vez, pueden generar muchos más empleos indirectos. Esta fábrica situaría a Extremadura en una posición de privilegio de cara al mercado emergente de los vehículos eléctricos a nivel global.

 

La vanguardia de la fabricación de baterías, en Extremadura

 

La posibilidad de contar con una fábrica puntera de producción de baterías en Extremadura implica, además, una gran oportunidad de cara al futuro. La fabricación de baterías para los EVs se encuentra todavía en sus inicios, y tiene muchísimo margen de mejora. Aumentar la densidad energética de las baterías y dotarlas de mayor autonomía son desafíos que, si se consiguen en nuestra tierra, podrían revolucionar el panorama del transporte global.

 

El lento despliegue de las baterías en el mercado automovilístico no está teniendo todavía su equivalente en los mercados naval y aeronáutico debido a estos problemas de densidad. Si desde Extremadura lográramos producir baterías con la densidad adecuada, podríamos ser pioneros en la implementación de baterías para electrificar el tráfico aéreo, lo que no solo sería revolucionario a escala global, sino que también dejaría una gran riqueza en nuestra tierra.

 

Hay industrias más allá del litio y el níquel

 

Pero no todo consiste en la fabricación de baterías. Aunque se trata de una gran oportunidad, Extremadura está sentando las bases para atraer las inversiones de muchas otras industrias. Entre ellas se encuentra la industria química, donde los laboratorios dedicados a la valoración y a otros análisis similares están cada vez más en auge por toda Europa. La propuesta de convertir a Extremadura en un nuevo ‘hub’ tecnológico puede atraer a este tipo de empresas.

 

Entre las ventajas que ofrece Extremadura para estas industrias se encuentran una población muy formada, un clima excelente, un mercado inmobiliario que no está saturado –esto está expulsando a algunas compañías de ciudades como Barcelona o Madrid–, unos tipos impositivos bajos, y una excelente conectividad aérea a través de nuestro propio aeropuerto o, en segunda instancia, los de Madrid y Lisboa.

 

El nuevo centro logístico de Amazon

 

Inaugurado el pasado mes de marzo, el nuevo centro logístico de Amazon en Badajoz genera empleo directo para más de 900 personas, y, además, compra su electricidad a las plantas de energía renovables de la provincia. Se trata de un ejemplo más del interés creciente por Extremadura a nivel empresarial, industrial y logístico, y sitúa a nuestra comunidad en el ‘mapa’ de las grandes inversiones como nunca antes.

 

La oportunidad es, entonces, histórica para Extremadura, que está recibiendo grandes inversiones y que está logrando modernizar la región a un ritmo de vértigo. Una de las claves para no desaprovechar esta oportunidad pasa por la diversificación la no dependencia del litio, porque, en caso contrario, esta oleada de inversiones podría quedarse tan solo en una flor de un día. La idea, en cambio, es que las nuevas industrias lleguen para quedarse.

 

El ‘turismo inteligente’, la guinda del pastel

 

Parte de los esfuerzos por atraer inversión pasan también por fomentar el ‘turismo inteligente’. La riqueza histórica de Mérida y otras ciudades extremeñas está fuera de toda duda, pero ha sido durante años uno de los destinos turísticos menos publicitados de España. Esto puede haber jugado a nuestro favor: en la última década hemos podido contemplar desde la distancia los excesos de la masificación turística de Barcelona y el expolio de su parqué inmobiliario.

 

Para que no ocurra lo mismo en Extremadura, debemos aprender la lección. Limitar el acceso a plataformas como AirBnB, fomentar las iniciativas inmobiliarias y comerciales locales, regular el flujo de turistas a los sitios históricos y, sobre todo, orientar nuestras campañas hacia un turismo de calidad, son algunas de las medidas que pueden relanzar la economía extremeña en los próximos años.