Reportajes
Fernando Botero Zea recuerda anécdotas de su padre en el aniversario de su muerte
El maestro Botero nunca dejó de pintar, lo que ocasionó que muchas de sus obras creadas en los últimos años de su vida no fueran expuestas.
Fernando Botero Zea asumió hace un año, junto a sus hermanos, la responsabilidad de gestionar el inmenso patrimonio de su padre, el maestro Fernando Botero. Muchos años antes del fallecimiento del que está considerado como el artista colombiano más grande de todos los tiempos, le hicieron la difícil pregunta: “Papá, cuando ya no estés, ¿qué te gustaría que hiciéramos?”
Fernando es el hijo mayor del artista, y tras un pasado en la política, y con una vida dedicada al mundo empresarial, ahora se encuentra dedicado a la gestión de su legado artístico. En una entrevista en la revista Tiempo, Botero Zea ha hablado de la relación con su padre en los últimos años y ha abordado la difícil tarea de hacer justicia al patrimonio del Maestro Botero.
Obras inéditas
El maestro Botero nunca dejó de pintar, lo que ocasionó que muchas de sus obras creadas en los últimos años de su vida no fueran expuestas. “Lo que viene después del 2020 se conoce muy poco o no se conoce, porque básicamente durante la pandemia la actividad de los museos se restringió de una manera radical, mientras él estuvo trabajando muchísimo”, cuenta Fernando Botero Zea. El hijo del artista confirma que existe incluso una obra inconclusa, en la que el maestro estaba trabajando apenas tres días antes de morir.
Las nuevas exposiciones proyectadas incluirán estas obras de los últimos años del Maestro Botero, que, en palabras de su hijo, “reflejan una maestría de la técnica y un trazo muy seguro a pesar de la edad”. Aunque habrá que esperar para ver estas obras, actualmente en Roma se puede visitar tanto ocho esculturas de gran tamaño instaladas en las plazas públicas de laciudad, como una exposición en el Palazzo Bonaparte. La dedicación de Fernando Botero Zea a la obra de su padre es en estos momentos de un compromiso absoluto.
Fernando Botero Zea: “No me quejo ni un instante, porque es fascinante la relación con los coleccionistas”
Entre las labores de Fernando Botero Zea se encuentran ahora las relaciones con todas las personas relacionadas con el mundo del arte: críticos, historiadores, curadores, galeristas, museos, coleccionistas… “No me quejo ni un instante”, apunta; “porque es fascinante la relación con los coleccionistas”. Pero también el trabajo más ‘aburrido’ que conlleva la gestión de los derechos de autor y la marca personal de Fernando Botero, así como la organización de las exposiciones.
Sin embargo, es un trabajo que tanto él como sus hermanos realizan con el orgullo de defender la obra de su padre. Uno de los mayores retos a los que se enfrentan es, precisamente, la proliferación de falsificaciones. La mayor parte de ellas se producen en países asiáticos, como China o Vietnam, “que carecen de mecanismos efectivos para limitar este tipo de actividad ilícita.
Un legado también filantrópico
Además del gran patrimonio artístico del maestro, Fernando Botero Zea también tiene la misión de continuar con su labor filantrópica, especialmente en su país de origen, Colombia. Fue una sorpresa que todos sus hijos se llevaron al leer el testamento del artista, en el que les pedía “no olvidar a los niños que tienen hambre en Colombia”. De manera anónima, el padre de Fernando Botero colaboraba con comedores populares y residencias de ancianos para ayudar a su país, misión que sus hijos han decidido continuar en honor a su padre.
Obra social en Colombia, y también actividades altruistas para difundir el arte. Si algunas de las obras del Maestro Botero fueron donadas con el objetivo de crear o ampliar museos, sus hijos prevén seguir el mismo camino. El objetivo principal es no olvidar el legado del artista. Y que el mundo continúe conociéndolo.