24 abril 2024
Al ritmo de cada uno, incluso sin invertir demasiado, esta ciudad fundada en el siglo XII tiene mucho que ofrecer, más allá de su cultura, su gastronomía, tiene muchos lugares por ver y admirar, muchas actividades por realizar y playas de arena dorada que dejarán sin aliento a más de un visitante.
El Monte Igueldo, ubicado a 185 metros sobre el nivel del mar, es un ícono de San Sebastián y ofrece una experiencia única para sus visitantes. Desde su cima, se puede disfrutar de vistas panorámicas impresionantes de la ciudad, la Bahía de la Concha, el mar Cantábrico y, en días claros, incluso de la costa francesa.
Para llegar muchas personas optan por el funicular antiguo, pero también se puede apostar por el bike rental San Sebastian, una modalidad saludable, para ir a su propio ritmo. Si bien se requiere de cierta condición física, será una experiencia que valdrá la pena.
La playa de media luna es una de las postales icónicas de la ciudad de San Sebastián, y una de las playas más conocidas de la Península. Es un lugar interesante para visitar con la familia y disfrutar del sol.
Declarada Conjunto Monumental en 1947, esta encantadora zona peatonal está repleta de calles estrechas, plazas pintorescas, edificios históricos y una atmósfera vibrante que te transportará a otro tiempo.
También conocida como el Casco Antiguo, es un destino que siempre se incluye en las ofertas de free walking tour San Sebastian más populares. Si se quiere caminar y recorrer todo colaborando con los guías con módicas sumas de dinero, que servirán para mostrar la ciudad y sus recovecos con información de calidad y curiosidades, es algo que no se debe dejar de mencionar.
El Peine del Viento es una escultura de Eduardo Chillida que se ha convertido en un símbolo de la ciudad de San Sebastián. Se encuentra en la playa de Ondarreta, y se puede visitar en una tarde en la que se busque relajación, paz y silencio.
Toda la zona del Puerto de San Sebastián merece una visita obligada cuando se está por la ciudad. Y dentro de eso, mención especial se lleva el acuario o el Aquarium como realmente se le conoce.
Allí, hay actividades y planes de todo tipo, pero sobre todo es una idea fantástica para cuando se viaja a San Sebastián con niños.
Puentes como el Puente de María Cristina o el Puente de Zurriola pueden ser el lugar ideal para un atardecer romántico, para una caminata en pareja mientras se prueba un postre o un helado.
La desembocadura del Río Urumea, a juicio de quienes la recorren, no le envidia nada a los puentes parisinos sobre el río Sena.
Hoy propiedad del Ayuntamiento, fue una residencia de verano real y es una de las construcciones de arquitectura clásica más bonitas y mejor conservadas en San Sebastián.
Un lugar ideal para pasar el rato, para practicar deporte o sencillamente sentarse en alguna de sus banquetas.
El hábito de las tardes de San Sebastián es ir a un bar y comer pintxos, acompañando la tradición gastronómica con un zurito o un txikito. Cada uno, con su elección de acuerdo con los gustos.
Lo ideal es dejarse sorprender y sobre todo en la Parte Vieja, donde hay tantos bares y posibilidades, escoger uno donde pasar un rato agradable.
La hidroterapia de la época de altas alcurnias, disponible para todos. En La Perla, un edificio de arquitectura envidiable, que se encuentra justo en la Playa de La Concha, es posible pasar un rato refrescante mientras se mira de fondo la playa urbana más conocida de Europa.
La isla que queda en frente de la ciudad de San Sebastián es un buen lugar para finalizar un recorrido por la ciudad.
Todos los días es posible contratar embarcaciones que van hasta allá, y en la isla hay servicios gastronómicos y para pasar el día que serán suficientes para no dejar nada pendiente en la visita.
