Después de varios años de pérdida de condiciones y derechos económicos, laborales y sociales, los Empleados Públicos comienzan a ver la luz al final del túnel, o al menos eso parece...
Transcurrido todo un año, podemos concluir que, salvo insignificantes excepciones, la vida de los empleados públicos sigue igual, ya que ha sido mínima la recuperación de los derechos arrebatados, manteniéndose la citada pérdida de poder adquisitivo.