Tomás González Hernández es un noctógrafo cacereño, como firma sus selectivas fotografías de la ciudad histórico-monumental de Cáceres, por la que siente pasión.
El noctógrafo recorre, detenida, emocionalmente, una y otra noche, una y otra madrugada, tratando de conseguir el encuadre, la luminosidad, la originalidad y la coreografía de la belleza que emana de su percepción, capacidad y agudeza fotográfica, para plasmar el logro que trata de conseguir sobre la Ciudad Medieval de Cáceres: Toda una algarabía de palacios, torres, plazoletas, iglesias, campanarios, rincones, callejuelas, beaterios, horizontes, cielos… Y que hoy enriquecen las excelencias, atractivos, encantos y misterios que se almacenan como un inmenso haz de imágenes y que se dan cita en su archivo desde diferentes ópticas, ángulos, perfiles y momentos idóneos para el disparo fotográfico de sus cualidades artísticas…
Fruto de todo ello es el que Tomás González, con tantos años persistiendo en su pasión por “la sublime belleza de la escenografía monumental cacereña”, como define el conjunto histórico-artístico, entre toda una amplia combinación de imágenes y estampas que, hoy continúa llevando a cabo, tras tantos años en su trayectoria y recorrido intentando captar cada día mejores instantáneas que ayer y que hace unos años.
El autor guarda en su archivo un montón de sensaciones, de miles de fotografías en las que se encuentran momentos e instantes de sublime hermosura. Cuando el autor se ha preparado ante la imagen, consigue plasmar el objetivo que le satisface más allá de la cámara. Esto es, la emoción de quien va consiguiendo un reto como el de su identidad con la noche monumental cacereña, que se alberga en la Ciudad Medieval y Patrimonio de la Humanidad.
Apasionado cacereño, optó, en sus creatividades artísticas por un escenario único, diríase excelso, el de la Ciudad Histórico-Monumental, en un tiempo sublime y hermoso, mágico, como el que siente en la noche, mientras va oscureciendo con la hondura de una convergencia de imágenes que enriquecen, y de qué manera, el alma de la visión, entre sombras y luces, entre silencios con una gran carga de fuerza para la inspiración… “Y es que la noche cacereña tiene hechizo, arte, sabor…”, subraya Tomás.
Una serie de estampas que, a través de su visión artística, nos traslada a todos, cuantos conocemos a ojos cerrados todos los aminos, andaduras y misterios por la Ciudad Medieval cacereña, a través de sus percepciones preferenciales de la fotografía que nos descubren un encuentro de riqueza en todas sus instantáneas “en el epicentro de las sensacionales emocionales, entre lluvias, nieblas o calores, aunque eso no importa. Lo único importante es el encanto que emana de nuestra ciudad”.
Con Tomás González, noctógrafo del conjunto histórico-Monumental, Cáceres se descubre ante el artista por la inmensidad de la sugerencia en la noche medieval, y revelado como un fotógrafo de gran talento en su pasión y constancia en el entorno del Cáceres Medieval, gracias a su simbiosis con la ciudad que nos vio nacer.
Un artista enamorado de la Ciudad Histórico-Monumental de Cáceres, a través de la noche, que le atrae e imana con un esplendor, propio de su dinámica fotográfica, en su afán de engrandecer y expandir la “dimensión de la madrugada cacereña” que lleva años persiguiendo, cada día con más afán, en el reto de la superación por y entre la riqueza artística que se alberga en Cáceres.