Un año más está a punto de finalizar. En este mes de diciembre es inevitable hacer una revisión de lo que hicimos y lo que fuimos en el año anterior.
Las comparaciones entre años en ocasiones son odiosas. Tal vez no hayas conseguido algún cambio o mejora en algún aspecto que esperabas en este año. El tiempo pasó rápido, quizá no te esforzaste demasiado, pesaron más las excusas o la suerte no estuvo de tu parte…Pero ya está, se acabó este 2017 y ahora, como en años anteriores, te encuentras frente a un folio en blanco inmenso y con posibilidades: los propósitos del 2018.
Si aún no los has definido te aconsejo que leas estas recomendaciones antes de hacerlo:
-Márcate metas definidas y específicas.
-En ocasiones, tendrás que subdividir una meta en submetas. Si por ejemplo, te planteaste dejar de fumar en el nuevo año, puedes empezar por no tener tabaco en casa por ejemplo.
-Recuerda que un propósito no se consigue en un día. Si quieres conseguir algo tendrás que emplear tiempo y esfuerzo.
-Revisa las distintas áreas de tu vida (ocio, trabajo, relaciones…) Pregúntate si estás satisfecho con ellas o te gustaría hacer cambios.
-Trata de que tus propósitos tengan un motivo y que congenien con tus valores y tus habilidades.
-Silencia a tu crítico interior. No tengas miedo a la hora de iniciar nuevos proyectos. ¿Qué es lo peor que te podría pasar?
-Empieza desde el primer día del mes de enero a conseguir tu propósito.
-Toma las riendas de tu vida. Sé tú el que decide cuáles serán tus aspiraciones para el nuevo año.