Y es que con casi toda seguridad el candidato popular, Alfonso Fernández Mañueco ganará las elecciones de forma holgada como ya hiciera Ayuso el 4 de mayo derrotando a un Partido Socialista en decadencia. Las puertas de la Moncloa se muestran entreabiertas a un cambio de gobierno que se vería respaldado por la victoria en las elecciones en Castilla y León y la previsible convocatoria en Andalucía, en las que Juanma Moreno parte también como favorito.
Desde Génova son conscientes de que las encuestas están de su parte y ponen a punto sus estrategias a todos los niveles de su estructura para afrontar las elecciones generales en las mejores condiciones posibles. Las constantes polémicas de los ministros como la del señor Garzón hacia las granjas y productos ganaderos han disparado la intención de voto hacia partidos del centro derecha dándole en la mayor parte de los casos la mayoría suficiente para gobernar.
Los españoles reprueban la gestión del Gobierno tanto en la crisis sanitaria como en la económica y social. Nunca habíamos estado tan mal, la luz disparada, el paro en datos máximos, la inflación por las nubes y la convivencia en Cataluña y el conjunto de España seriamente dañada. Sin embargo, desde algunos ministerios tienen en sus agendas como prioridades convocatorias de huelgas de juguetes, lenguaje inclusivo o acudir a actos convocados en defensa de los terroristas presos de ETA.
Por ello la ciudadanía opta según todos los indicadores por dar la alternativa a un partido con experiencia de gestión en situaciones de crisis como es el Partido Popular.
Por otra parte solo hay que observar la afluencia a los distintos mítines de los partidos de centro derecha y a los de izquierda. En el caso de los primeros plazas llenas, pabellones sin butacas libres y luchas entre los afiliados por hacerse una fotografía con Isabel Díaz Ayuso o Pablo Casado y en las antípodas el caso del PSOE o Podemos en los que solo cientos de afiliados y simpatizantes acuden a los actos de presentación de sus candidaturas. Ciudadanos en esta ocasión se ha mimetizado con la izquierda al haberse mostrado contrario a apoyar a un gobierno del popular Fernández Mañueco.
Además una nueva plataforma se ha unido al tablero político como es España Vaciada, una mezcla de ex afiliados a otros partidos que dicen defender los intereses de las zonas rurales del país.
Todas los barómetros electorales apuntan al mantenimiento del Partido Popular en el gobierno de Castilla y León un punto de inflexión que se podría trasladar a nivel nacional y provocar una nueva transición de carteras en España.