Leo con interés y curiosidad las diversas informaciones recogidas por la prensa regional, en las que se divulga el proyecto por el que la Consejería de Educación y Empleo de la Junta de Extremadura redacta los futuros decretos de aprobación del correspondiente currículo de Educación Secundaria Obligatoria y de Bachillerato.
Me interesa la noticia. Uno ha estado toda su vida en la enseñanza de tal forma que las cuestiones relacionadas con la educación, con la educación de nuestros niños y jóvenes, con la educación de los adultos, con la educación de los mayores, me interesan sobremanera. Y cuanto más, la problemática y las cuestiones relacionadas con la delimitación y el establecimiento de los contenidos curriculares que se impartirán en la globalidad de la Educación Secundaria, sea obligatoria o de parte de la postobligatoria ya que, en alguna medida, uno hubo alguna responsabilidad en la elaboración del que fuera el primer currículo extremeño de la educación secundaria.
Currículo, es decir, la regulación de los elementos -objetivos de cada etapa educativa, las competencias que el alumnado habrá de alcanzar, los contenidos, la metodología didáctica, los aprendizaje evaluables y, por supuesto, los criterios de evaluación- que determinan los procesos de enseñanza y aprendizaje para cada una de las enseñanzas, constituye la norma básica de todo Sistema educativo, ya que la exacta y precisa determinación de esos elementos que orientan la actividad académica serán fundamentales. Con ellos se da respuesta a cuestiones sobre ¿qué enseñar?¿cómo?, ¿cuándo? y ¿qué, cómo y cuándo evaluar?...
En la realidad que tras la aprobación de los Decretos, después de ser informado y valorados por el Consejo Escolar de Extremadura, parece que ambos currículos contendrán un aumento de la importancia, de la consideración y del refuerzo de las materias troncales, apostando fuertemente también por los idiomas –siguiendo una orientación y una práctica bien presente desde aquellos inicios del siglo presente en los que la Junta de Extremadura asumía las competencias educativas- y la filosofía.
Junto a estas innovaciones que entiendo fundamentales para la mejora de la calidad educativa que recibe y recibirá el alumnado extremeño, la recuperación de la asignatura Educación para la Ciudadanía constituye otro elemento positivamente destacable al tiempo que reduce la carga horaria de la asignatura optativa de Religión -en primero de ESO y primero de Bachillerato se pasa de dos a una hora-. Además, en Secundaria, el alumno podrá optar por cursar entre Valores Éticos o Religión, mientras que en Bachillerato irá acompañada obligatoriamente de Ética y Ciudadanía (asignatura nueva de libre configuración).
Los cambios en Filosofía son importantes y significativos: en cuarto de ESO, Filosofía y TIC pasan a ser específicas de libre elección, aumentado su carga de dos a tres horas lectivas, y en segundo de Bachillerato, afortunadamente, la Historia de la Filosofía vuelve ser obligatoria en todas las modalidades o la Historia de España, que pasa de tres a cuatro horas.
Sin que se olviden otras propuestas de cambio, como convertir en materias obligatorias de Primero de Bachillerato la Física y Química, la Historia del Mundo Contemporáneo y la Cultura Audiovisual o la asignación de cuatro horas, frente a las dos que tenía, de la materia Anatomía Aplicada.
Otros aumentos de carga horaria en materias troncales se encuentra en la Geografía e Historia del Primer ciclo de Secundaria Obligatoria, de tal forma que en 2º se pasa de tres a cuatro horas; por su parte, Biología y Geología acrecienta una hora en 3º de ESO, tres horas en total, con una carga lectiva en la etapa similar a la de Física y Química y la Primera Lengua Extranjera.
En conjunto, la Lengua Extranjera crece una hora en el primer ciclo -de tres a cuatro- 3º de ESO se reduce de cuatro a tres); por el contrario, la Segunda Lengua Extranjera se transforma en obligatoria para todo el alumnado de Primer Ciclo, excepción hecha del alumnado que presente desfase curricular, que habrán de cursar Refuerzo de lengua y/o matemáticas.
Este futuro currículo para la Educación Secundaria extremeña vendrá a sustituir al decreto aprobado en junio del año pasado por el anterior Gobierno regional, de acuerdo al calendario de aplicación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce).
Parece que el proyecto de nuevo desarrollo curricular ha sido elaborado por docentes extremeños con ejercicio en Centros educativos regionales en base a las propuestas recibidas en un proceso de participación abierto a finales del verano pasado con la Comunidad Educativa de todos los Centros extremeños, tanto de Institutos de titularidad pública como de Centros Concertados que imparten la Educación Secundaria, de tal manera que los sectores de esas Comunidades Educativas, sea el alumnado y el personal de administración y servicios, sean profesores y padres, han participado habiendo efectuado más de 700 aportaciones, de las que, según las informaciones publicada, el 90% de las mismas se han incluido en el borrador.
La nueva regulación curricular empezará a aplicarse el próximo curso. Antes habrá de ser presentada y sometida a la consideración, participación y enriquecimiento de los Sindicatos en la Mesa Técnica de Educación y tras recibir el correspondiente dictamen del Consejo Escolar Extremeño y de los Servicios Jurídicos de la Junta de Extremadura, será aprobada en Consejo de Gobierno.
Los cambios parecen, son, significativos y supondrán una mejora de la calidad educativa del alumnado extremeño. Sin embargo, ¿qué se ha destacado? La reducción al mínimo de las horas de religión y la vuelta de la Educación para la Ciudadanía, calificada como “polémica asignatura”
Y no es sólo ese destaque en negativo. Las protestas se han centrado con exclusividad en la pérdida de horas lectivas que los docentes de Religión habrán de padecer y sufrir. No se ha dado, o al menos no la he visto, referencia alguna a las hipotéticas pérdidas educacionales y formativas que el alumnado que opta por matricularse en Religión; no parece que ese hipotético menoscabo que los alumnos padecerán o sufrirán en su plena formación haya atraído las protestas de algún colectivo,…sólo se ha protestado por “mi problema”, lo demás no importa o importa muchísimo menos. Dicho en román paladino, es esa forma tan hispana que tenemos de expresarnos y de manifestarnos, de exponer opiniones que queremos hacer pasar por trascendentes y fundamentales para todos pero que en el fondo es una manifestación de es “¿Y…,qué hay de lo mío?”
En cambio, ninguna manifestación a favor de la que parece será necesario incremento de profesores de Filosofía y de Idiomas Extranjero. Y no olvidemos que en Religión no hay real supresión de horas lectivas ya que se va a la carga horaria "mínima", la legalmente establecido y de la misma que el Ministerio tiene en Ceuta y Melilla, territorios en los que la educación no está transferida y es gestionada por el propio Ministerio. Y de la misma manera, la Consejería de Educación ha optado por aplicar en Extremadura los mínimos que en la propia LOMCE se contienen y se autorizan.
Parece que se pretende ser más papista…aunque en el fondo, lo único que resta es ese “¿Qué hay de lo mío?”
Con todo, sectores mayoritarios de la Sociedad extremeña han mostrado su apoyo a esas decisiones de reducir el horario de la Religión y recuperar la Educación para la ciudadanía. En ese sentido se han manifestado las Asociaciones de Madres y Padres integrados en la FREAPA y en la CEAPA, que han valorado de forma positiva ambas decisiones.
