Creo, amable lector, que coincidirás con mi ¿errado? pensamiento, de que las Matemáticas, las populares “mate”, gozan -padecen mejor- de escaso cariño, de nulo amor y, por lo general, de acendrado desamor cuando no odio, entre los niños y los jóvenes que se educan, forman e instruyen en nuestros centros educativos.
Y ello pese a que parece seguro y se presenta casi como una verdad axiomática, las matemáticas son, en principio, una asignatura que guarda estrecha y hasta profunda relación, que se encuentra bien presente en todos los ámbitos y asignaturas que componen el currículo escolar, sea del nivel que sea. Pero si lo precedente es significativo, mucho más se encuentra en el hecho de que las matemáticas son necesarias, y por ello echamos manos de ellas y las usamos de forma cotidiana, en casi todos los aspectos de nuestras vidas, en la cotidianeidad del vivir.
Ya lo decía un pensador, del que olvidé su nombre y la literalidad de su dicho, algo así como que cualquier materia no se transforma en ciencia hasta que no se matematiza.
Tal vez por ello, son numerosas y variadas las estrategias usadas por los docentes y los responsables de nuestros sistemas educativos de organizar actividades en las que mediante tareas competitivas entre sus participantes se busca mostrar y probar las habilidades del alumnado en el campo matemático por medio de las que han sido, de forma genérica, denominadas “Olimpiadas matemáticas” con esa estructura de participación competitiva de un grupo de alumnos que buscan obtener el premio ofertado a cambio de ser el más hábil en la resolución de los problemas y de las cuestiones matemáticas que se planteen a los participantes, buscando con ello fomentar entre el alumnado el gusto por las Matemáticas, al tiempo de ofrecer una visión de las mismas complementaria y más realista que la utilizada en el aula..
Leo en la prensa local de varias fechas noticias relacionadas con una de esas iniciativas: “Mañana jueves, día 14, se celebrará en la Sociedad Económica de Amigos del País en acto simpático organizado por el capitán de infantería don Fidel Suárez Barahona y a la vez profesor del Colegio San Francisco, de esta capital, con la colaboración del catedrático del Instituto nacional Don Sergio Luna y los profesores de las Escuelas Normales doña Rafaela García y don Rodrigo Almada, en el que se adjudicaran varios premios a los alumnos de Matemáticas del Instituto y Escuelas Normales que concurran para resolver varios problemas que se les pondrán.” Premios donados por diversas personas e instituciones señalando que la iniciativa se pone en marcha para alentar a los alumnos en el estudio matemático y la preocupación por mejorar la enseñanza de la materia. Para ello, según la información proporcionada a través de los medios, consistirá en proponer a los alumnos del Instituto, de Aritmética y de Álgebra y a los de tercer curso de ambas Normales, tres problemas que se les entregarán ya impresos a todos los estudiantes que acudan para disputarse el premio.
Después de precisar los docentes que constituirán el Tribunal calificador e informar de que el acto será público, se ruega a los alumnos asistan a las instalaciones de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, en el Instituto, con puntualidad, a las cuatro de la tarde del día señalado, y portando sus correspondientes tablas logarítmicas.
En número posteriore de la misma publicación, correspondiente a 15 de mayo, al comunicar a sus lectores la realización de la prueba y los vencedores y sus regalos, transcriben algunos de los problemas planteados a los participantes. Por ejemplo, para los del Instituto se les dijo que “tres vapores se emplean en un mismo servicio; el primero tarda 6 días, el segundo ocho y el tercero diez. Todos salen juntos un día ¿En cuántos días volverán a salir juntos y cuantos viajes habrá hecho cada uno? Y se les pidió calcular el precio de 8 Hl., 4 Dl. y 5 L. de aceite, peso específico 0,9, a 2,15 pesetas el kilogramo.
Por su parte, uno de los problemas para los alumnos de Álgebra les pedía qué tres números sumaban 50, la diferencia entre la mitad del primero y la del segundo era igual a 5 y la diferencia entre la mitad del primero y la del tercero era 9. Por su parte, las alumnas de la Normal habrían de calcular el número cuya tercera parte multiplica por el cuadrado del mismo diera 1.944.
Como final del acto, después de proclamar a los vencedores, el profesor don Sergio Luna alentó a los escolares para que prosigan en su esfuerzo felicitando a los premiados que también fueron vitoreados por sus compañeros.
¿Te suena esta noticia?...seguro que habrás leído alguna información relacionada con las Olimpiadas Matemáticas que se celebran en Extremadura. Con mis anteriores líneas sólo deseaba recordarle una interesante actividad educativa, …
¡Ah!, ¡pero perdona! creo que más arriba no lo señalé. Las noticias comentadas se publicaron en NOTICIERO EXTREMEÑO, en sendos días de mayo de 1923.
No era la primera iniciativa que el periódico relacionada con la ciencia matemática. Ya antes había propiciado un educativo juego: “El problema del domingo”, unos denominados Pasatiempos matemáticos, Para Estudiantes.
Pero por hoy, ya está bien de tanto número. Aunque volveremos sobre esos divertimentos que el periódico ofertaba y proponía a sus lectores, sobre esos problemas domingueros.