Telefónica, Fundación Telefónica, en el MEIAC, con la colaboración de la Junta de Extremadura, ofrece a la contemplación de todos los interesados una espléndida muestra de pintura. En efecto, desde el momento de su inauguración por el Presidente de la Junta de Extremadura, a mediados de este último mes de mayo hasta mediados del inmediato septiembre estará visitable la “Colección Cubista de Telefónica”, mostrada con anterioridad en Bilbao, Alicante, Segovia, Sevilla y Granada.
Esta muestra, producida por la Fundación Telefónica, centrada en el cubismo, se articula en torno a once cuadros de Juan Gris, que sirven de núcleo fundamental de la exposición, completada y complementada, con otras obras, hasta casi cuarenta cuadros, de algunos de los más importantes representantes de esa corriente artística. Antonio Franco, Director del Museo, destacaba la importancia de la exposición, asegurando que nos hallábamos ante la primera visita del cubismo a la región extremeña con una muestra de nivel antes nunca presentado.
Quiero destacar, como se indica en uno de los carteles que ilustran la exposición, “el cubismo es uno de los movimientos de las vanguardias artísticas del siglo XX. Inauguró un revolucionario modo de pintar, basado en un intenso trabajo de deconstrucción de la realidad, renuncia a la perspectiva convencional, ausencia de detalles y geometrización de las formas.”. De ahí su importancia
Una exposición estructurada y diferenciada en tres espacios, en tres núcleos temáticos que le confieren elevada unicidad e interna coherencia: en primer lugar, la obra de Juan Gris, esos once significativos trabajos del artista madrileño, entre los que destacaría, en mi personal valoración, La Chanteuse. 1926 ©Colección Telefónica, y, de modo especial La guitare sur la table. 1913. ©Colección Telefónica.
Igual de destacable me ha parecido esta parte de la exposición en la que creo se procura profundizar y definir con claridad la importante significación de Juan Gris, incidiendo en su evidente caracterización y condición de cabeza y de más puro e importante representante del cubismo hasta bien entrado el siglo XX y la profunda influencia que el movimiento tuvo en la formación de la modernidad artística latinoamericana.
El planteamiento expositivo es lógico y coherente…con seguridad, Juan Gris, es más puro de los cubistas, movimiento al que se incorporó para refundarlo, confiriéndole, entre 1916 y 1923, una nueva estructuración definitoria, transformando a la obra pictórica en un ensamblaje de formas y colores. Porque no olvidemos la importancia de Juan Gris y su segura caracterización de figura esencial del cubismo hasta bien entrada la década de 1920 y la elevada importancia, personal y del movimiento, en la formación de la modernidad. No en vano, después de acabada la Primera Guerra Mundial, sólo Juan Gris siguió trabajando el cubismo más o menos ortodoxo.
Realmente, desconozco si las expuestas son todas las obras de Gris que la Fundación Telefónica posee. Las que se presentan a la pública contemplación comprenden obras ejecutadas en los años iniciales del siglo XX hasta trabajos ya fechados en la década de 1920.
Otra realidad se muestra en La visión de otros cubismos, segundo núcleo temático, ejemplificado a través de los trabajos de artistas contemporáneos que produjeron sus obras en el París de los tiempos iniciales del pasado siglo XX. Con ellos, con los cuadros de Gleizes, de Metzinger, de Marcoussis, de Lhote, de Valmier, de María Blanchard, (quien creó una serie de bodegones de gran pureza geométrica)...se muestra otra realidad de esa primera vanguardia artística del siglo, de la que Pablo Ruiz Picasso y Georges Braque fueron sus creadores y artistas más importantes.
La expansión internacional del cubismo constituye el tercer y último núcleo temático de la exposición, mostrando obras de artistas españoles y latinoamericanos y probando, por medio de obras de los argentinos Emilio Pettoruti o Xul Solar, de los uruguayos Rafael Barradas y Joaquín Torres García o del brasileño Vicente do Rego Monteiro, la influencia del movimiento cubista en la experiencia artística latinoamericana.
Completando el que me ha parecido un excepcional montaje expositivo, pleno de sensibilidad artística y de muy pensados elementos de buena didáctica museística, se muestra un documental “Juan Gris. Cubismo y Modernidad”, obra de director José Luis López-Linares.
Y quedan otros elementos. Como por ejemplo, los caligramas, simbiosis de pintura y poesía, la imagen definida por un texto, del chileno Vicente Huidobro.
Un conjunto de catorce fotografías enriquecen la exposición, básicamente encaminadas a mostrar el poderoso impacto de la modernidad, que en su progreso fue transformando los paisajes, tanto de ámbitos urbanos como de espacios rurales. Una de esas fotografías, del indígena peruano Martín Chambi, refleja un detalle de la fachada del Palacio del Inca Roca,
Y en unas pocas vitrinas, varias publicaciones literarias y una reducida pero interesante muestra de bibliografía relacionada con el cubismo, como, por ejemplo, Juan Gris, Sa vie, son oeuvre, ses écrits, de Daniel-Henry Kahnweilor, París, 1946. Y un ejemplar del periódico La Región Extremeña, Diario Republicano, correspondiente al miércoles 30 de octubre de 1912 en el que se publicaba una Crónica de París, Hablemos del cubismo, firmada A. Vinardell Roig, una feroz valoración que comenzaba así: “La crítica esta vez –rara avis- ha estado unánime al condenar con la pena del ridículo el atrevimiento de esa media docena de titulados artistas que han ido este año a exhibir en el Salón de Otoño unos grotescos cuadros del género cubista los cuales están siendo el haz-me-reír de todos cuantos visitan aquella exposición anual cuya extravagancia –aparte de algunas excepciones dignas del mayor respeto- empiezan ya a eclipsar las famosas y legendarias del Salón de los Independientes.”.
La opinión del autor es clara: “Allí no hay ni pensamiento, ni expresión ni buen gusto ni nada. Es el caos pintado por locos de remate, por simples impotentes desahuciados o por turulatos...”.
Consecuentemente, “…no creo en la buena fe de los que al pintar falsean de un modo tan descarado las leyes de la estética...”.
Y si amable lector estás interesado en leer la totalidad del comentario, en el siguiente enlace
http://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=2029745
podrás satisfacer tu deseo y hasta disponer de la totalidad del número.
Además, ¿propina o guinda? el MEIAC expone siete de las más de cincuenta obras de las que posee en su fondo permanente de Godofredo Ortega Muñoz. Siete maravillosos paisajes, de Tenerife, de Lanzarote y de Castilla así como obras de Eduardo Naranjo cedidas en depósito por el Reina Sofía, destacando El sueño con las musas, así como los interesantes e ilustrativos Estudios con cuatro ideas distintas/Estudio previo para el Sueño con las musas. Y con ellos, Carlos en el estudio, un trabajo que, en la propia valoración del Museo, “…pertenece a un momento posterior, a mediados de los 90, donde su obra se «desnuda y profundiza en la realidad más allá de lo aparente”.
Espero haberlo dejado meridianamente claro. Una maravilla de muestra que se ofrece a nuestra consideración y a su pausada contemplación. Con su visita creo rendimos justo homenaje de gratitud a las entidades que la propician y la hacen posible, a la Junta de Extremadura, a la Fundación Telefónica y al MEIAC.