Acabo de recibir un correo electrónico, semejante a uno de esos con los que asaeteo, diré simplemente a los mayores para ser benévolo conmigo mismo y con mis amigos, y que me responden con la misma para mi grata moneda.
Mi mensaje llevaba por “Asunto” un intrigante Breve Manual Electoral, por Quinto Tulio Cicerón y en la primera línea del texto una más intrigante y sugestiva propuesta de lectura: Consejos dados hace más de dos mil años a un aspirante a alto cargo político.
A chanza, en verdad, me sonaba todo; parecía tan irreal lo que leía que creí ser objeto de alguna bien hilada y sagaz tomadura de pelo. No podía ser verdad lo que leía bajo el título Commentariolum Petitionis - Quinto Tulio Cicerón.
Repara que el texto se manifestaba estábamos ante una “Carta escrita por Quinto Tulio Cicerón a su más célebre hermano mayor, Marco Tulio cuando éste se presentó a las elecciones para optar al cargo de Cónsul de Roma.”
Indicaba que “Quinto Tulio Cicerón no pretende dar a su hermano lecciones ideológicas, ni siquiera morales, sólo y solamente le interesa que gane y le ofrece una guía práctica, incluso fríamente cínica de utilidad para cualquiera en cualquier época que se presente a unas elecciones, un juego inevitablemente sucio, en un mundo político "lleno de engaño, y traición", en una sociedad donde uno ve "arrogancia, testadurez, maldad, orgullo y odio" por todos los lados.
Se decía: “El manual de Quinto Tulio Cicerón tiene seis consejos electorales fundamentales para tener la gran opción al triunfo.”
A continuación, de forma resumida se especifican:
1. "Que sepan los ricos que estás a favor de la paz y estabilidad; asegura a la gente común que siempre estarás de su lado. Es vital que utilices todos tus recursos para llegar a la audiencia más amplia posible."
2. "Un candidato debe ser un camaleón, adaptando su mensaje a cada grupo de personas que conoce, cambiando su discurso como sea necesario…; recuerda que se mueve a la gente más por apariencia que por realidad."
3. "Debes aprender el arte de halagar a la gente, algo vergonzoso en la vida normal pero esencial si eres candidato."
4. "No estaría nada mal recordar a la gente lo canallas que son tus rivales y difamarlos cada vez que se presente la oportunidad con los crímenes, escándalos sexuales, y corrupción en las que han caído."
5. "No hagas promesas específicas, podrías caer en error; quédate en generalidades."
6."Lo más importante de tu campaña es dar esperanzas a la gente y generar sentimientos bondadosos hacia tu persona."
Podríamos pensar que “El hermano Marco Tulio siguió estas instrucciones y ganó las elecciones para el cargo de Cónsul de Roma. Esto sucedió en el año 64 AD, es decir, hace exactamente 2.080 años.”
El texto del correo finaliza con unos comentarios del quien fuera su innominado inicial redactor: “Sí, es sorprendente que, hoy en el 2016, esos consejos o instrucciones sigan estando absolutamente vigentes.
Como podemos observar, la fórmula sigue funcionando…más de dos mil años después…, lo que es una triste realidad, pero así lo percibimos en casi todo el mundo.....”
¿Verdad que huele a broma muy bien urdida? Al menos así en principio se vislumbraba. Pero “el San” Google, salvador de nuestras, de mis, necesidades informativas, el hado guardián de mis penurias temáticas y de mis generales desconocimientos, al inquirirlo sobre el hasta entonces por mi supuesto y nunca existente Commentariolum Petitionis, de Quinto Tulio Cicerón, reparé en ni craso error.
Parece que alrededor del año 64 antes de Cristo, Marco Tulio Cicerón aspira a ser electo como uno de los cónsules romanos para lo que era necesario el tránsito, ignoro si penoso o feliz, por la correspondiente campaña electoral.
Ante esta necesidad, Quinto Tulio Cicerón, su hermano pequeño, plasmó en un texto en forma de carta dirigida a Marco Tulio –que se encuentra disponible en este enlace http://www3.uah.es/histant/pantoja/schola/Comm_pet.pdf -
las estrategias, argucias y sutilezas que podría usar y de las que servirse para la obtención de sus propósitos y alcanzar el ansiado y quizás codiciado cargo político.
No lo podemos saber. ¿Siguió el candidato los consejos recibidos? ¿Fue su posible utilización la clave de su triunfo? Porque lo cierto es que en el verano de ese año 64 a. de C., Marco Tulio Cicerón obtuvo su nombramiento como Cónsul.
¿Son los consejos del pequeño Cicerón a su más conocido y famoso hermano válidos para los tiempos presentes? Parecen de plena, rabiosa y sorprendente actualidad. Al menos así le parecía a Giulio Andreotti, el político italiano, para quien el autor de esta carta “no pudo imaginarse que su breve tratado pudiese ser leído a más de dos mil años de distancia y resultar extraordinariamente interesante, no sólo como documento histórico y literario, sino también por una especie de imprevisible actualidad en los hechos que describe”.
Si o no; no o si. Juzge por favor, amable lector, si la formula, al cabo de más de dos milenios, sigue funcionando. El tiempo electoral que ahora vivimos podría ser propicio a la reflexión.