En la Casa de América de Madrid se han celebrado unas Jornadas para crear una red de actores españoles en Memoria, Paz y Resolución de conflictos. Allí ha estado la Diputación de Cáceres explicando sus experiencias en este sentido y sobre todo mostrando todo aquello en lo que podamos ser útiles o referentes para otros espacios, fundamentalmente latinoamericanos.
Así, hemos relatado que desde la creación del Servicio de Memoria Histórica y Democrática se han realizado numerosas actividades que, en el caso que nos ocupa, deberían poner el foco en dos referentes: la educación y la formación en Memoria Democrática.
Al margen de Jornadas, proyectos de investigación, publicaciones, Congresos de Asociaciones de Memoria, exposiciones, ciclos de conferencias, intervenciones en exhumaciones ( el objetivo próximo es recuperar los cuerpos de los asesinados en la mina La Paloma de Zarza la Mayor) o reconocimientos a los valores democráticos ( como el que hacemos a través del Premio Conchita Viera), estamos obsesionados con inculcar en las generaciones más jóvenes el aprendizaje de lo que significa la Democracia en contraposición a la Dictadura.
Por eso, también colaboramos intensamente con la Universidad de Extremadura ( en breve desarrollaremos unas Jornadas sobre la Transición) y con escolares de centros de Secundaria ( con iniciativas como la proyección de un documental sobre Lorca en el que trataremos de unir en torno a la Memoria a la literatura, la historia, el arte, la música…).
Culminaremos estos objetivos con la recuperación de lo que significó la lucha de hombres y mujeres por la libertad a través de la resistencia al nazismo.
Son, por ello, importantes, las palabras que nos dirigió, el Secretario de Estado de Memoria Democrática cuando hablaba del concepto “ paz imperfecta”. Se refería a la que se construye tomando como base situaciones de conflicto o violencia.
Aquí es donde entra la necesidad de devolución de la dignidad desde el punto de vista institucional ya que la dignidad nunca se perdió. En la provincia de Cáceres tenemos un caso más allá de lo simbólico: la figura de Conchita Viera, la hija del alcalde de Valencia de Alcántara, Amado Viera, asesinado en la mina Terría y cuyas pruebas de ADN han sido presentadas recientemente para corroborar la identidad de los restos encontrados.
Conchita, tendrá, por parte del Gobierno de España, una Declaración de Reconocimiento y Reparación al máximo nivel por parte del Gobierno de España. Pero eso merece otro artículo específico en las próximas semanas.